Congresistas Conchudos y Sinvergüenzas. Claro. Y les queda corto el calificatvo.
Reciben un sueldo que no corresponde a su trabajo. Aunque si su sueldo fuera por el trabajo que realizan no deberían cobrar sino pagar de por vida ellos y por lo menos un par de sus siguientes generaciones.
Si sacaran de su bolsillo para hacer actividades de autobombo o realizar viajes dizque de trabajo pues se quedarían en casa.
Miscelánea:
Salía un congresistas a su trabajo. Y su hijo, muy preocupado, le pregunta: Papá, ¿Cómo vas a ir a trabajar si ayer estuviste en una fiesta y no has dormido?
El congresista le responde: ¡Ay hijo! Acuérdate que voy al Congreso. Allí hay una zona para dormir, por donde se sienta Martha Hildebrandt pues.
Otra:
Estaban unos congresistas en el hemiciclo exponiendo sus puntos de vista. Se distinguían por lo menos tres bandos. Llega un momento en que se oyen insultos y hasta algunos se señalan y se dan empujones. Tremendo circo. Regresan todos enardecidos a sus curules y luego de unos minutos se retiran a sus hogares.
A las 10 de la noche en un balneario capitalino empieza a llegar cual convoy auto diplomático tras auto diplomático saignado por el estado, con gasolina pagada por el estado, chofer pagado por el estado. En casa de un congresista del oficialismo llegan todos los demás congresistas. Ese día hay parrillada y toca un grupo de cumbia que la rompe en estos días. Harto vino y buena carne en la parrilla. Ya se comenta dónde será la próxima fiesta. Bien bonito.
Juraron por la plata: José Anaya Oropeza, Miró Ruiz Delgado, Canchaya, José Vega, Javier Velásquez Quesquén, etc.
Yo me quedo con mi Susana Ivonne Diaz Diaz del parlamento anterior y su 13 bien puesto. Vive la vida y no dejes que la vida te viva. Pero con dignidad y conciencia.
Fuente:
El Comercio